En el marco del paro nacional de mujeres, quiero manifestar mi incondicional apoyo a una medida que tiene como objeto alzar la voz contra la violencia de género. Soy mujer, legisladora y presidenta de la Comisión de Género de la Legislatura de Río Negro, pero sobre todo, soy madre, hermana, hija y esposa, y desde cada uno de esos roles me uno para repudiar, denunciar y desterrar aquellas hostiles prácticas a las que somos sometidas.
Con cada voz que es silenciada desaparece un proyecto, una sonrisa, una vida que injustamente se apaga. Esta problemática que nos lastima el alma y quiebra la matriz de «igualdad» que tanto esfuerzo, sudor y lágrimas costó, nos obliga a enfrentarnos a nosotros mismos.
Hoy marchamos contra los detractores de la igualdad,contra aquellos que nos convierten en «mercancía» o en blancos de su ira y/o perversión; NI UNA MENOS, no es un mero slogan de la convocatoria, es una exigencia para que la estadística de femicidios se detenga. Es una defensa, nuestra defensa, por la VIDA.
Como legisladora puedo dar fe de que hemos elaborado políticas y normativas para erradicar este flagelo, pero nunca es suficiente. Mi compromiso en esta causa es incondicional, porque ante todo, soy una mujer y voy a luchar por mí y por todas las mujeres que sienten temor de ser «ellas».