
A las 15hs de aquel 4 de junio de 2011, se transformó el día en noche, y todo cambió repentinamente cuando el complejo volcánico Puyehue-Cordón Caulle entró en una violenta actividad sísmica y eruptiva, que en menos de una hora se transformó en una erupción cuya pluma de cenizas ascendió 10 kilómetros en la atmósfera y se dirigió al sureste, afectando a Bariloche, que se encuentra ubicado a 90 kilómetros al noroeste del volcán, Villa La Angostura, Dina Huapi, El Bolsón y tantas localidades más. Hoy, el sol vuelve a brillar más que nunca, gracias a la respuesta solidaria de la gente, de la tarea comunitaria de limpiar colegios, calles y ciudades enteras.
Desde el Bloque de Legisladores del Frente para la Victoria queremos agradecer a cada uno de nuestros ciudadanos que ha hecho posible que la ciudad salga hacia adelante. La provincia se vio muy afectada, se interrumpieron las clases, la actividad pública, numerosas actividades comunitarias, turísticas, el aeropuerto de San Carlos de Bariloche cerró por meses, lo que perjudicó la economía de la ciudad ya que no ingresaban turistas. Un panorama gris producido por un estallido que provino sin aviso, afectó el sistema de salud, la economía, la naturaleza y la cotidianidad de los pobladores.
Queremos remarcar la solidaridad de nuestra gente, de la ayuda nacional, puesto que nuestra Presidenta, Cristina Fernández de Kirchner, rápidamente ordenó que se «pongan a disposición, presten todo el acompañamiento y se envíen todos los insumos que se evalúen necesarios para preservar la salud de la población y evitar complicaciones derivadas de la caída de las cenizas«. Conjuntamente con la ministra de Desarrollo Social de la Nación, Alicia Kirchner, se resolvió enviar a Bariloche cuatro plantas potabilizadoras, diez camiones con frazadas, colchones y elementos necesarios para esta emergencia y, ante todo, el esfuerzo para recuperar la mirada a futuro de todos los que lucharon, poniendo su granito de fe y esperanza para recuperar la provincia.
La naturaleza nos ha jugado una mala pasada, las cenizas se expandieron con la velocidad del viento. Si hacemos memoria, la última erupción del volcán Puyehue había ocurrido en 1960, poco después del gran terremoto de Valdivia, de 9,5 grados en la escala de Richter, y fue uno de los más violentos de toda la historia. Esta vez nos tocó a nosotros buscar una solución y afrontar los acontecimientos, pero gracias a nuestra gente estamos en acción y recuperamos la economía, la ganadería, el turismo, nuestros paisajes, nuestra gente, para tener el Río Negro que todos queremos.