Pesatti propone que la Ruta 23 sea un camino temático anclado en el nombre de Eva Perón

El legislador Pedro Pesatti, al recordarse este viernes el paso a la inmortalidad de Eva Duarte de Perón, formalizó ante la Legislatura provincial una vieja iniciativa suya para que la Ruta Nacional 23 se denomine “Eva Perón” a través de una comunicación dirigida a la Dirección Nacional de Vialidad, al Ministerio de Turismo de la Nación y al Congreso Nacional sobre la base de una extensa fundamentación que pone el acento en la búsqueda de “asociar la Ruta 23 al nombre de una argentina que es conocida en el mundo entero, como la región patagónica, que la ruta 23 atraviesa de este oeste, y hacer de esa relación un camino temático que tenga anclaje en lo que Evita representa simbólicamente para los argentinos y el mundo”.
Al respecto, el proyecto del titular de la bancada oficialista propone que “a lo largo de toda la ruta el viajero vaya descubriendo distintas gigantografías que evoquen la vida y obra de Eva Perón”, que deberán surgir de un concurso nacional de artistas plásticos convocados para ilustrar y tematizar el camino.
“Queremos que cuando el viajero ingrese a la Ruta 23, en cualquiera de sus extremos, tanto en el encuentro con la Ruta 3 o la Ruta 40, experimente no sólo las sensaciones que le provocará la belleza del paisaje patagónico sino también la de un recorrido simbólico por la vida de una de las mujeres más sobresalientes de la historia argentina, a partir de obras de arte que referencien su vida a traves de gigantogafías que estratégicamente deberán distribuirse al costado del camino”.
El autor del proyecto enfatiza: “Patagonia, Eva Perón, son nombres conocidos en el mundo entero, y creemos que si nuestra propuesta prospera estaremos incorporando un plus a una ruta que desde la perspectiva de nuestro desarrollo turístico guarda enormes potencialidades para la región sur de la Provincia. Con esta iniciativa, por otra parte, creemos que lograremos más visitantes que opten por recorrerla en toda su extensión, sobre todo aquellos que provengan del norte del país y tengan como destino San Carlos de Bariloche”.
En los fundamentos del proyecto, Pesatti pone especial énfasis al reseñar “una relación de Evita con la región sur de la Provincia que nos traslada a una lejana tarde de abril de 1950, cuando el Presidente Juan Domingo Perón y su esposa, Eva Duarte, hicieron detener el tren especial en el que volvían de Bariloche en la pequeña estación de un pueblo de 500 habitantes llamado Corral Chico, en el sur rionegrino, actualmente denominado Ministro Ramos Mexía, capital de la Meseta de Somuncurá. Los ilustres viajeros dispusieron esa imprevista pausa en respuesta al pedido de los maestros Juan Carlos Tassara y Teresa Guidi, un matrimonio de docentes que a través de una carta enviada a Bariloche habían expresado el deseo de la población del paraje: transmitirles a Perón y a Evita el pedido de la construcción de un edificio escolar modermo y confortable. Las consecuencias de esa gestión fueron dos, en lo inmediato la realización de la ansiada obra, que sería inaugurada en 1954; y uno año más tarde, tras la irrupción del gobierno militar, la cesantía de los mencionados maestros. La correspondiente resolución del Consejo Nacional de Educación implicaba el castigo por aquel pedido y el posterior contacto con las máximas figuras del peronismo. Juan Carlos Tassara -declarado por el municipio de Viedma como vecino ilustre de la ciudad capital de Río Negro- falleció en 2007, pero dejó el testimonio de aquella tarde de hace más de 63 años, en su libro «Memorias de un maestro», donde cuenta que «unas horas antes de pasar el tren vino una máquina exploradora y un coronel para decirnos que a las 17 llegaba el tren presidencial y que Perón y Evita querían saludarnos. Es de imaginarse el alboroto, todos se volcaron a la estación y efectivamente ambos bajaron del tren y saludaron a gran parte de alumnos y pobladores. La preocupación de Evita -añade el relato- era el edificio escolar y Evita me dijo -cuenta Tassara: ´director, si la construcción del nuevo edificio tiene algún problema avísenme enseguida, porque tengo interés en que se termine cuánto antes´».
El episodio sigue vivo en la memoria de varios pobladores de Ramos Mexía que por entonces eran estudiantes y/o vecinos de la localidad. Además, en Ministro Ramos Mexía, el sólido y funcional edificio de la escuela primaria sigue siendo uno de los numerosos recuerdos del formidable plan de obras públicas encarado por el gobierno peronista entre 1946 y 1955.
 

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