El Consejo Provincial de Educación aprobó la nueva denominación de la Escuela Secundaria Río Negro (ESRN) y las nuevas Estructuras Curriculares correspondientes al Ciclo Básico y su Ciclo Orientado, a partir del 1 de marzo del año próximo.
Se trata de un nuevo paso de todos los que hay que dar para lograr una educación de mayor calidad para nuestros alumnos y alumnas. Como es lógico, los avances no pasan desapercibidos para la comunidad educativa rionegrina. Desde hace algunos meses, podemos ver las repercusiones que se están generando con respecto a la implementación de la reforma educativa en el nivel medio. Los diferentes aportes van nutriendo lo que va a ser la Escuela Secundaria de Río Negro a partir del año que viene.
No obstante, muchos de los conceptos vertidos mediáticamente sobre el tema son erróneos o inexactos. Queremos aquí retomar algunos de ellos, para contestarlos, ampliarlos o, simplemente, sumar nuestro aporte a esta democrática discusión.
“La reforma pone en peligro la continuidad laboral de los docentes”
La aplicación será un esquema de contenidos en áreas de conocimiento tradicionales para la formación general del ciclo básico y el ciclo orientado, mientras que para los tres últimos años se sumarán aspectos propios de las orientaciones que fueron elegidas previamente por la propia comunidad educativa (alumnos, padres y docentes). A partir de esta metodología y lejos de la premisa de la reducción salarial se incrementará la necesidad de un 25% más de horas de trabajo con docentes.
“No es necesario realizar la reforma tan rápidamente”
Sobre este punto, es menester hacer un brevísimo repaso. A partir de la ley de educación nacional 26.206 se estipula la obligatoriedad de la escuela secundaria. En 2009 comienzan los acuerdos federales a través de los cuales se emiten resoluciones que regulan y norman en respuesta a la obligatoriedad de la ley antes mencionada. En 2011 Río Negro recibe la primera prórroga del plan de estudio que se extiende hasta el 2014, luego se consigue una segunda cuyo vencimiento fue en diciembre de 2015 (cabe mencionar que la moratoria implica la continuidad de la validez de los títulos secundarios).
Este año – cambio de gestión nacional mediante- en el encuentro federal se reclamó la adecuación de las siete provincias que adeudábamos el plan de estudio y los diseños curriculares. De eso se trata la Escuela Secundaria que venimos pensando desde el año pasado y trabajando con toda la comunidad educativa. Esto da cuenta que la reforma no es un capricho o un apuro de improvisados, sino una decisión de política educativa ante una demanda nacional con vencimiento de plazos.
“La reforma se hace urgentemente en las escuelas públicas y se soslaya el ámbito privado”
Cuando proyectamos determinaciones de tipo educativas y elaboramos un plan estratégico, no hacemos otra cosa que tomar decisiones políticas. Una de ellas es la de comenzar con la escuela pública, porque es allí dónde están los jóvenes que queremos acompañar en su escolarización y en su egreso. No nos asiste la visión de facilitarle a la escuela privada más tiempo para que se prepare, nos urge atender las necesidades de los estudiantes de nuestras escuelas públicas.
“No hay presupuesto para llevar a cabo la reforma”
La cuestión presupuestaria que implica la previsión de la nueva estructura, también es una duda que emerge en el debate. En este punto, recurrentemente invocado por la oposición, recordamos que el Ministerio de Educación trabajó junto con el sindicato (en el mes de mayo) la estructura de cargos, que es lo que implica la inversión presupuestaria. Esto fue aprobado por el Ministerio de Economía y posteriormente obtuvo la autorización política del gobernador Weretilneck para este aporte en educación.
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Luego de este recorrido, queremos aclarar que entendemos que todo cambio genera resistencias, y más cuando se trata de un iniciativa de gran magnitud como la que estamos en vías de encarar.
Sin embargo, nadie duda de que una reforma es necesaria: todos los actores involucrados en las áreas educativas de la provincia, incluso quienes ahora plantean reparos, saben que la mejora de la escuela secundaria es indispensable.
Los frutos de ese cambio quizás no se vislumbrarán en 2017, ni al año siguiente, pero sí en el mediano plazo de miles de jóvenes rionegrinos, que ganarán en asistencia, en calidad educativa, en especialización por orientaciones y en preparación para la universidad. En definitiva, todos ellos ganarán en futuro.
Leg. de JSRN, Roxana Fernández
Presidenta de la Comisión de Cultura y Educación
Legislatura de Río Negro