Las personas con baja visión son a menudo malinterpretadas o ignoradas debido a la falta de comprensión generalizada sobre su condición. Son comúnmente percibidas como personas ciegas, lo cual es incorrecto. La baja visión no impide completamente el uso de la vista, sino que la reduce, dificultando ciertas actividades cotidianas. Es esencial desmitificar esta idea errónea y reconocer la diversidad dentro del espectro de la discapacidad visual.
El Bastón Verde se erige como un símbolo significativo en la vida de quienes tienen baja visión. Al portarlo, estas personas comunican al entorno su necesidad de apoyo en sus desplazamientos.
La importancia de difundir el uso del Bastón Verde radica en su potencial para mejorar la calidad de vida de las personas con baja visión. Al promover su uso, se facilita la inclusión y se fomenta un entorno mas comprensivo y solidario.
La capacitación y el acompañamiento profesional son fundamentales en el proceso de rehabilitación visual de las personas con baja visión. La existencia de programas de rehabilitación, así como la formación de profesionales especializados, son aspectos clave para brindar el apoyo necesario a este colectivo y promover su pleno desarrollo.
Es en este marco que el Legislador Luis Noale presentó su Proyecto de Ley para que se instituya el 26 de septiembre como el Día del Bastón Verde es un paso significativo hacia la construcción de una sociedad mas inclusiva y consciente de las necesidades de las personas con baja visión.